Callos y callosidades

Qué los diferencia y cómo tratarlos en Phoenix, Arizona

¿Alguna vez has usado zapatos nuevos y has sentido molestias en los pies? ¿Has notado zonas más gruesas, endurecidas o incluso dolorosas en los pies y no sabes si se trata de una callosidad o un callo? Esta es una pregunta habitual entre los pacientes, y comprender la diferencia es importante para el tratamiento. Los callos y las callosidades requieren enfoques diferentes. En Prestige Medical Care, en Phoenix, Arizona, con un seguimiento adecuado, estas afecciones se pueden tratar de forma segura, eficaz e indolora.

¿Por qué nos salen?

Al soportar el peso del cuerpo, los pies sufren un gran desgaste. Por ejemplo, los pies de una persona de 70 años han recorrido una distancia equivalente a tres vueltas al mundo. Aun así, los pies son una de las partes del cuerpo más descuidadas.

A veces, la presión ejercida sobre los pies se vuelve desigual y la fricción adicional se transfiere a un área específica. Cuando esto ocurre, el cuerpo reacciona a esta presión engrosando la capa superficial de la piel. Este endurecimiento de la piel se conoce como callo y es la respuesta protectora del cuerpo para proteger los tejidos de las capas inferiores de la piel.

¿Qué son los callos?

Los callos, también conocidos como helomas, son áreas de engrosamiento localizado de la piel, generalmente pequeñas, duras y bien definidas. Se forman como reacción del cuerpo a la presión o fricción constante en un punto específico, como en los dedos de los pies o entre ellos. Se caracterizan por su pequeño tamaño, contornos bien definidos, textura endurecida y color amarillento, sensibilidad o dolor al tacto y la presencia de un núcleo central más firme.

¿Qué hay de las callosidades?

Las callosidades son áreas superficiales más grandes de piel engrosada. También surgen por la fricción o la presión, pero suelen afectar a áreas más grandes, como las plantas de los pies o los talones. Las callosidades se caracterizan por abarcar un área grande y difusa sin contornos definidos, con piel seca, áspera y gruesa. Rara vez causan dolor, excepto en etapas más avanzadas, y son comunes en personas que caminan mucho o usan calzado inadecuado.

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¿Quién puede sufrir de callos y callosidades?

¡Casi todo el mundo! Los callos y las durezas afectan a más personas que cualquier otro tipo de problema en los pies. Algunas personas tienen una tendencia natural a desarrollar callosidades debido a su tipo de piel o porque padecen afecciones más específicas, como diabetes, problemas endocrinos o vasculares. Por ejemplo, las personas con diabetes o mala circulación son más propensas a desarrollar infecciones potencialmente graves, a menudo relacionadas con el autotratamiento.

Las personas mayores también corren un riesgo potencial. A medida que envejecemos, el tejido subcutáneo de las plantas de los pies disminuye, al igual que la elasticidad del tejido. Las articulaciones del pie y los dedos también sufren cambios biomecánicos y desgaste. Estos factores contribuyen a la aparición de callosidades en las plantas de los pies o en la parte posterior de los dedos.

Además, las personas cuya ocupación requiere estar de pie durante largos períodos de tiempo son más propensas a desarrollar callosidades.

¿Cómo tratar los callos y las callosidades sin dolor?

El secreto es evitar los remedios caseros y buscar asesoramiento profesional. Intentar limarlos en exceso o cortarlos con cuchillas de afeitar puede causar heridas, infecciones e incluso empeorar el problema.

El mejor tratamiento para los callos y las durezas es eliminar la fuente de presión que los causa. Los cambios estructurales en los dedos de los pies, como los dedos en garra o los cambios en la forma de caminar, pueden ser la causa. Por lo tanto, es importante realizar una evaluación morfológica y articular del pie durante una consulta podológica.

El podólogo también puede recomendar plantillas a medida, protectores de silicona, un cambio de calzado y, si es necesario, referirte a un ortopedista para que te realice una evaluación.

Los preparados comerciales, como las tinturas anticallos y los apósitos para callos, solo tratan los síntomas, no el problema. Del mismo modo, aplicar estos productos en la piel sana que rodea la callosidad puede ser potencialmente peligroso. Los preparados comerciales solo deben utilizarse bajo consejo profesional.

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Programa tu consulta con el doctor Bland en Phoenix, Arizona

Los callos y las callosidades son signos de que algo no funciona bien en la forma en que tu cuerpo distribuye el peso o responde a la fricción repetitiva. Tratarlos con cuidado, seguridad y orientación profesional marca la diferencia. En Prestige Medical Care, el doctor Devin Bland, DPM, FACFAS, DABPM, no solo te recomendará formas de aliviar el dolor y eliminar los callos y callosidades, sino que también te ayudará a identificar la causa y a prevenir que el problema vuelva a aparecer. 

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